Me reservo el derecho a pensar en pendejadas...
... y a publicarlas.
Esto puede sonar como a una defensa y tal vez lo sea, al fin y al cabo es instintivo: cuando uno se siente atacado, lo primero que quiere hacer es defenderse... o salir a esconderse.
Esta mañana fui sorprendida con un mail de un comentario a uno de los postings de este blog (el de la navidad en noviembre) que dice más o menos: "con tantos problemas en el mundo, y usted pensando en ésto". Podría sin ningún problema relacionar ese pensamiento a los problemas del mundo para demostrar que sí soy una persona consciente y bla bla bla. Pero escojo no hacerlo. Más bien prefiero comentar sobre lo que hay detrás de una frase como esa: cargada de juicios de valor y dirigida a alguien cualquiera. Creo que los seres humanos tenemos la tendencia constante de hacer juicios de valor sobre todo y sobre todos, al fin y al cabo es una forma de definirnos a nostoros mismos, y muchas veces es más fácil construir esa identidad a partir de lo que no somos y es eso lo que tendemos a criticar o degradar: naturalmente nos gusta sentirnos bien con nosotros mismos, porque al fin y al cabo en nuestro mundo unipersonal nosotros somos quienes poseemos la verdad y toda la verdad. En fin, hacer juicios no es malo en sí propiamente, al fin y al cabo dejar de hacerlos es misión imposible. El problema está cuando uno ve a una persona, o una acción, o lo que sea, y en seguida hace una serie de suposiciones al respecto, la califica y la archiva, y muchas veces no se pregunta qué hay detrás, quitándole la oportunidad de ser a esa persona.
Una de las principales razones por las que no quería hacer este blog era esa: sabía que me iba a exponer a una serie de posibles bombardeos. Y es que no me importa que me juzguen y me sentencien, lo que no me gusta es que lo hagan sin antes entenderme (quién soy, de dónde vengo y porqué digo lo que digo).
Y por eso, pensado en los problemas del mundo, le digo a este anónimo y a todos los demás: hagámonos pasito, sí?
Esto puede sonar como a una defensa y tal vez lo sea, al fin y al cabo es instintivo: cuando uno se siente atacado, lo primero que quiere hacer es defenderse... o salir a esconderse.
Esta mañana fui sorprendida con un mail de un comentario a uno de los postings de este blog (el de la navidad en noviembre) que dice más o menos: "con tantos problemas en el mundo, y usted pensando en ésto". Podría sin ningún problema relacionar ese pensamiento a los problemas del mundo para demostrar que sí soy una persona consciente y bla bla bla. Pero escojo no hacerlo. Más bien prefiero comentar sobre lo que hay detrás de una frase como esa: cargada de juicios de valor y dirigida a alguien cualquiera. Creo que los seres humanos tenemos la tendencia constante de hacer juicios de valor sobre todo y sobre todos, al fin y al cabo es una forma de definirnos a nostoros mismos, y muchas veces es más fácil construir esa identidad a partir de lo que no somos y es eso lo que tendemos a criticar o degradar: naturalmente nos gusta sentirnos bien con nosotros mismos, porque al fin y al cabo en nuestro mundo unipersonal nosotros somos quienes poseemos la verdad y toda la verdad. En fin, hacer juicios no es malo en sí propiamente, al fin y al cabo dejar de hacerlos es misión imposible. El problema está cuando uno ve a una persona, o una acción, o lo que sea, y en seguida hace una serie de suposiciones al respecto, la califica y la archiva, y muchas veces no se pregunta qué hay detrás, quitándole la oportunidad de ser a esa persona.
Una de las principales razones por las que no quería hacer este blog era esa: sabía que me iba a exponer a una serie de posibles bombardeos. Y es que no me importa que me juzguen y me sentencien, lo que no me gusta es que lo hagan sin antes entenderme (quién soy, de dónde vengo y porqué digo lo que digo).
Y por eso, pensado en los problemas del mundo, le digo a este anónimo y a todos los demás: hagámonos pasito, sí?
1 Comments:
Definitivamente el mundo está lleno de problemas serios y graves. La guerra y todo eso. Y uno quiere convertirse en un ser profundo y reflexivo. Pero siendo honestos, la mayor parte del tiempo estamos envueltos en cuestiones triviales: falta pasta de dientes, se nos fue el camión, no hay helado del sabor que queremos. Reconocer este tipo de incidentes no es ser superficial. Se requiere de una gracia especial para poder platicar algo interesante de temas tan casuales. Escribe más “pendejadas”, Karime.
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