Friday, January 06, 2006

Uno de los personajes más odiados...

El policía de tránsito, o tombo.
Por qué?
Este personaje supuestamente con la función de ayudar y servir y cuidar al ciudadano, realmente tiene como único propósito joder al ciudadano: La razón... resentimiento social. (pero bueno, no se puede generalizar... no todos los tombos son así... pero sí muchos)

Esta mañana estaban cuadrados en una curva cerca de mi casa. Supuestamente el límite de velocidad en ese sitio es de 30 kilómetros por hora... nunca nadie va a esa velocidad, porque la verdad el límite es medio absurdo (ni siquiera es zona escolar)... y ellos lo saben... yo que paso por ahí todos los días nunca he visto un accidente. Más lógico si se hubieran parado un par de kilómetros más adelante donde siempre hay algún carro en la cuneta... ahí hasta se les cree su voluntad de ayuda, pero a un tombo no se le puede pedir que tenga criterio. Sobra decir que me clavaron la multa... pero bueno, por puro formalismo tenían razón. Lo que me da mal genio es que estaban parados frente a un sitio donde salen constantemente volquetas sucias de tierra y piedras, que dejan su mugre tirada por toda la carretera y por culpa de eso el pavimento está completamente roto, sin mencionar el hecho de que al botar piedras rompen los parabrisas de los que van detrás y dejan piedras en el piso que obstruyen el paso... a esos personajes no les hacen NADA.
Después de estar un rato ahí con el policía, se oye por el radio al comandante decir: "Bueno, pongamos otros tres comparendos por velocidad, y nos vamos a desayunar!"... lo que sólo confirma que están ahí, no por ayudar sino por joder! Si estuvieran haciendo bien su trabajo, no sabrían por adelantado cuáles comparendos quieren poner.

Y porqué digo que resentimiento social... bueno, es evidente que el tombo no tendría ni para pagar el valor de la multa que ponen... es la triste realidad.... yo diría que ninguno ni siquiera tiene un carro... muchos incluso sólo buscan sobornos. Y el resentimiento se ve en la forma en que te miran, en la intransigencia, y en la forma sardónica en que te hablan... uno realmente siente el odio, para muchos de ellos el personaje al que paran es sólo una posible fuente de ingreso, pero no el objeto social de su trabajo.

Es por eso que los conductores no los queremos, no confiamos en ellos, y sólo perpetuamos el ciclo...

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