Esa fue la película que acabo de ver, de hecho un documental. Es el tipo de película que no vería por iniciativa propia, porque sé que me va a dejar pensando: y generalmente quiero que mi película de sábado en la noche sea de esas que me hace reir y luego ya ni me acuerdo.
Y en efecto... mientras veía la película me iba haciendo miles de preguntas. Es un documental sobre una fotógrafa que se va a vivir a los burdeles de Calcuta y le enseña a los niños de las prostitutas a tomar fotos, y los manda con cámaras por la calle a tomar fotos... y bueno, luego la historia va a cómo trata de desviarlos de su destino al intentar meterlos a un buen colegio...
Me pareció bien hecho, y muy bonito... la música es fantástica.
Pero me hizo pensar en lo siguiente:
- Será que el documental tuvo el consentimiento de todos los que participaron? (Como para filmar niños aquí toca hacer firmar miles de papeles para que la cosa sea éticamente transparente... lo digo por la cantidad de cartas que nos tocó hacer firmar para la clase de etnografías digitales)
- El proyecto de niños con cámaras busca empoderar (empower) a los niños a través del uso de las cámaras... estos niños tuvieron sus fotos exhibidas en varias galerías... obviamente la mayoría de las fotos eran de su entorno, es decir mucha pobreza. Y me pone a pensar porqué es que ese tipo de fotos llaman tanto la atención. Si le doy a dos niños una cámara y deciden tomar una foto de su oso de peluche encima de su armario, pero un niño es pobre y el otro no... resulta que seguramente la mejor foto va a ser la del oso medio roto en un armario super viejo en lugar la del oso nuevo encima del armario de ikea. Y no estoy cuestionando el proyecto, sino la actitud medio morbosa de la gente cuando de pobreza se trata... a muchos les parece TAN exótica... que tomar fotos de gente pobre se vuelve lo máximo.
- Otra cosa que me gustó es que no es una historia de heroismo... es muy realista y aterrizada. Y muestra cómo los milagros no existen.... o definitivamente no para la mayoría.
- Y bueno, de nuevo como todos los días, me hizo agradecer por la suerte que tengo. Yo no sé qué hice bien para tener la vida que tengo... pero de todas formas vivo agradecida, porque he llevado una vida que para mí ha sido perfecta.
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